Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.
Pascual de Cabo: Antología del paisaje.
Kairoi Art Digital Museum, rinde reconocimiento a la figura del artista alicantino Pascual de Cabo. Una antológica de la larga etapa que este creador ha dedicado a los paisajes en Mallorca trabajados principalmente al óleo, incluyendo también en esta exposición algunos dibujos que recuerdan la infancia de sus hijos, realizados con la técnica del grafito y carboncillo.
Pascual de Cabo es un hombre que mira atrás con calma, sin arrepentirse de nada de lo que ha vivido, con el corazón ilusionado por cuánto le queda por vivir y por la cantidad de proyectos que transitan por su mente. Su lenguaje corporal transmite una actitud positiva, jamás he visto alterado su estado de ánimo y supongo que eso es cuestión de experiencia y sabiduría. Y es que, de Cabo es experto y sabio cuando pinta y lo mismo ocurre cuando rescata y profundiza sobre algún capítulo que versa sobre la historia del arte.
Ha sabido rodearse de maestros por los que siente una enorme admiración, Andrés García Ibáñez o Antonio López son dos seres que según él, han influido en sus planteamientos pictóricos.
La pintura paisajista de Pascual de Cabo parte de mediados de los años 60 hasta principios del 2000. Son más de cuarenta años en los que ha trabajado el paisaje, sobre todo mallorquín, con algunas incursiones en el paisaje de Andalucía, tierra que siempre le atrajo y es precisamente en Sevilla donde fijó hace unos años su residencia.
Su inusitada soltura y tenacidad hacen que sea un creador hábil, con una agilidad sorprendente para finalizar una pieza. Al tiempo que se desenvuelve en técnicas realistas, naturalistas, idealistas, surge una lluvia espontánea de sus pinceles y los colores expresan y difunden la emotividad del artista. En este género pictórico orientado al paisaje de Mallorca, ha representado numerosas escenas del Mediterráneo y de La Serra de Tramuntana y en sus composiciones se advierte una atmósfera poética que abunda en su trayectoria. Su identificación con los paisajes mallorquines hace percibir al espectador la generosa naturalidad con que este resuelve los lienzos.
La forma de expresar su visión de los parajes va más allá de la intervención en una tela. El artista se adentra en el fragmento que va a describir como si fuera un elemento más. Penetra en la etimología de las raíces, de las ramas, de los tallos, de los nenúfares, de los pétalos y desde su interior se eleva hacia la cosmología, y se expande hacia las montañas y las panorámicas de edificios que conforman las ciudades.
Pascual dice que el artista debe ser ingenioso y que debe rozarle una varita mágica que le impregne de locura. Cierta vez, me confesó que cuando pinta se siente como un lince, libre en mitad de la naturaleza, solo, y con ganas de pintar y si vienen otras vidas repetiré lo mismo, pintar y volver a pintar.
Partió de la figuración, pasó por el expresionismo, el impresionismo, a veces desprende aromas del fovismo, se adentró en la abstracción. La acuarela, el óleo, el acrílico, el dibujo a lápiz, el pastel, la tinta, la obra gráfica, conoce a la perfección la variedad de métodos y en todos y en cada uno, afina con su destreza.
Nace en Alicante en 1952, de muy jovencito en el cole ya obtuvo varios premios de dibujo. A los catorce años su madre le pone a trabajar como mecánico, cuando acaba su horario laboral se dedica al dibujo y descubre que la gente se interesa y se los compra. Siendo adolescente comenzó a viajar, viviendo en París, en Nueva York, en Múnich, en El Salvador, en Sudamérica viajando de punta a punta. Confiesa que le cautivan ciudades como Roma y Venecia y le maravilló su visita a Japón. Recuerda la época de juventud que vivió en el barrio de Sa Calatrava de Palma, con Xam, Horacio Sapere, su eterno amigo Luis Maraver, Pedro Daudero, Tarrassó, Xim Torrents, Antonia Dolç. Entre sus premios y reconocimientos siempre nombra el agradecimiento por recibir del Ajuntament de Palma en 2015 el Premio Medalla d’Or de la ciudad. Ama la pintura del americano Edward Hooper. Su obra ha paseado por los cinco continentes, se ha expuesto en galerías, museos, espacios institucionales, coleccionistas de todo el mundo poseen alguna de sus piezas.
En la actualidad reside en Puebla del Río, Sevilla, aunque sigue visitando Mallorca y por motivos profesionales viaja a Tánger, Marruecos. Allí dispone de un estudio-taller, desde donde proyecta la promoción de sus obras a los países africanos y asiáticos.
Enhorabuena por este merecido “homenaje” de Kairoi Art, Museo digital de Pintura de les Illes Balears, a la figura perenne de Pascual de Cabo.
Texto; Xisco Barceló (periodista)