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ANA PERELLÓ: EL FOTOREALISMO O LA PINTURA CONVERTIDA EN REALIDAD VISIBLE.
Ana Perelló, nacida en Manacor en 1977, en su adolescencia tomó clases de dibujo, pero después, se inicia de forma autodidacta en el fotorrealismo. La visión del mar ha influido en ella por su evidente proximidad, atractivo y belleza de su isla de Mallorca.
La pintora manacorina trabaja por una necesidad que el devenir va generando a su alrededor, condicionando permanentemente por nuestros actos y por algo de ese azar siempre imprevisible. Pero también, su escenario principal es el retrato, captando en el lienzo las diferentes fisonomías hasta el más mínimo detalle. Distinguir entre una fotografía y su pintura es el principal reto de los espectadores. Su obra es extraordinaria, amplificando en una tela todo el bagaje que la vida ha ido depositando en ella y que ha sabido emplear en su camino artístico.
Para capturar la imagen de una fotografía, se requiere una enorme precisión y un don especial, y Ana Perelló lo tiene.Sabe reproducir con exactitud cada centímetro cuadrado, con una gran nitidez de enfoque, distribuyendo los puntos focales de una manera sorprendente. Sus rostros de la vida cotidiana en imágenes estáticas y silenciosas, cuentan historias de realidad visible. En momentos magnéticos de trabajo, transmite con absoluta precisión formal.
Sin ninguna duda, tiene ese algo de alma que la hace grande y trasciende en su obra.
Ana Mascaró
ANA PERELLÓ
EL FOTOREALISME O LA PINTURA CONVERTIDA EN REALIDAD VISIBLE.
Ana Perelló, nacida en Manacor en 1977, en su adolescencia tomó clases de dibujo, pero después, se inicia de forma autodidacta en el fotorrealismo. La visión del mar ha influido en ella por su evidente proximidad, atractivo y belleza de su isla de Mallorca.
La pintora manacorina trabaja por una necesidad que el devenir va generando a su alrededor, condicionando permanentemente por nuestros actos y por algo de ese azar siempre imprevisible. Pero también, su escenario principal es el retrato, captando en el lienzo las diferentes fisonomías hasta el más mínimo detalle. Distinguir entre una fotografía y su pintura es el principal reto de los espectadores. Su obra es extraordinaria, amplificando en una tela todo el bagaje que la vida ha ido depositando en ella y que ha sabido emplear en su camino artístico.
Para capturar la imagen de una fotografía, se requiere una enorme precisión y un don especial, y Ana Perelló lo tiene.Sabe reproducir con exactitud cada centímetro cuadrado, con una gran nitidez de enfoque, distribuyendo los puntos focales de una manera sorprendente. Sus rostros de la vida cotidiana en imágenes estáticas y silenciosas, cuentan historias de realidad visible. En momentos magnéticos de trabajo, transmite con absoluta precisión formal.
Sin ninguna duda, tiene ese algo de alma que la hace grande y trasciende en su obra.
Ana Mascaró