Carlos Mascaró

Ferrerías, Menorca. 1957.

El maestro de la luz

Un hecho constante en la trayectoria artística del pintor desde sus inicios hasta la actualidad, dedicado profesionalmente a la pintura, es su interés por pintar, estudiar y practicar la técnica de los grandes maestros clásicos, principalmente los holandeses del siglo XVII y, sobre todo,  Vermeer, pintor del que actualmente (verano, 2024) tiene dos copias suyas expuestas en el Museo Vermeer Centrum de Delft, la ciudad natal del maestro holandés.

 

A pesar de que su pintura es extremadamente minuciosa y detallada, y por eso, de muy lenta producción, ha celebrado diecisiete exposiciones individuales y ha participado en más de sesenta colectivas. Una trayectoria donde el sólido conocimiento técnico y la sensibilidad se ponen al mismo nivel para que la luz -seña de identidad suya- bañe, más bien acaricie, sus cuadros.

Fabricando pigmento - Autoría de Damià Coll

Pintando copia de Caravaggio - Autoría de Damià Coll

Pintando mi mano - Autoría de Damià Coll

En definitiva, una sólida formación, profunda experiencia y criterio artístico cuyo fruto de este trabajo y dedicación es el interés que el coleccionismo contemporáneo muestra por sus pinturas de gran técnica que se refleja en su especialísima obra pictórica, tal como lo describen las palabras del gran escritor Antonio Gala: “ Un cuadro cualquiera de Mascaró, ante cualquier sensibilidad, evoca serenidad y descanso. Produce ganas de sentarse ante él como ante una ventana, y contemplarlo minuciosamente. Con la misma minuciosidad que él fue pintado. Con la misma serenidad con la que fue hecho él y que transmite. Y luego, respetarlo. Y luego, amarlo… En muy pocas ocasiones puede decirse, sin mentir, un elogio como éste”.

Desde hace doce años compagina su dedicación profesional a la pintura con impartir conferencias sobre Arte y Pintura, especialmente de los pintores barrocos europeos.

Exposiciones anteriores.