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Pedro Mesquida, el arte de la pintura en seco
Presentar a mi abuelo y su obra artística representa para mí una oportunidad emocionante y especial, llena de recuerdos y sentimientos.
Los factores que configuran nuestro gusto estético tienen mucho que ver con nuestra cultura personal: con nuestras conversaciones diarias, con la lectura, con la expresión de nuestros sentimientos y emociones… La influencia del entorno familiar es clave en el desarrollo de la sensibilidad artística, y en nuestra familia, el arte está presente desde hace varias generaciones.
Recuerdo cómo mi madre me contaba que de muy pequeña, los cuadros de su padre, mi abuelo, estaban colgados en las diferentes paredes de la casa familiar. Aquellos cuadros eran y son un testimonio vivo de su talento y pasión. Aquellas obras eran más que simples decoraciones; eran ventanas a su alma y a su universo artístico.
La trayectoria artística de mi abuelo es fascinante y está llena de momentos de intensa creatividad. Autodidacta desde sus inicios y hasta hoy, a lo largo de los años ha perfeccionado sus habilidades, aunque no ha pintado de manera continua. Su obra ha pasado por diversas etapas, reflejando los diferentes momentos de su vida. Desde 2012, sin embargo, volvió a conectar con su verdadera pasión por la pintura, y aún hoy sigue creando y mostrando su obra con un entusiasmo renovado. Ha sido un viaje lleno de aprendizajes y redescubrimientos, donde cada etapa ha aportado nuevas perspectivas y técnicas a su expresión artística.
La diversidad y belleza de nuestra querida Mallorca han sido una fuente inagotable de inspiración para muchos artistas, y no podría ser de otra manera con nuestro abuelo. Sus obras captan la tranquilidad y belleza naturales de la isla: las majestuosas montañas, la intensa luz de la costa, y especialmente el mar con sus barcos, que parecen danzar sobre las olas. Cada paisaje que captura es una muestra de su profundo amor por su tierra natal, y cada pincelada refleja su dedicación y pasión por el arte.
Mis recuerdos con el abuelo están llenos de momentos especiales, como los paseos por la costa, siempre cerca del mar. El mar le ha dado siempre una sensación de relajación y paz, y ha sido una aliada en momentos difíciles, ayudándole a reflexionar y encontrar soluciones a los diferentes retos que le ha ido presentando la vida. Nuestras aventuras con la cámara fotográfica, haciendo fotos de barcos, campanarios y paisajes, son recuerdos inolvidables que conservan una belleza única. Aquellos días pasados, explorando los rincones más escondidos de Mallorca, buscando la luz perfecta o el ángulo idóneo, fueron momentos de aprendizaje y complicidad.
Haber podido disfrutar del mar sobre un barco ha sido para mi abuelo una experiencia de paz y libertad. Disfrutar de la inmensidad del mar, sentirse libre y formar parte de un conjunto más grande son sensaciones que nos ha sabido transmitir magistralmente a través de sus pinturas. Cada cuadro es una invitación a compartir su visión serena y profunda de la isla. Estas obras no sólo capturan la belleza de Mallorca, sino también su esencia, su luz y su espíritu. Cada pincelada, cada tonalidad de azul o verde, nos transporta a los lugares más bellos y tranquilos de la isla.
Presentar hoy su obra es una manera de rendir homenaje no solo a su talento, sino también a su pasión y a su capacidad de transmitir emociones a través del arte. Cada cuadro es una historia, un momento congelado en el tiempo que nos habla de su viaje personal y artístico. Su capacidad para captar la esencia de los momentos y transformarlos en arte es un regalo que nos permite ver el mundo a través de sus ojos. Esta exposición es una oportunidad para conectar con su visión y para entender mejor su pasión. Agradezco profundamente poder compartir este viaje con ustedes, y espero que cada pintura les inspire tanto como me ha inspirado a mí a lo largo de los años. Cada cuadro es un tributo a su perseverancia, a su habilidad para ver la belleza en los detalles más pequeños, y a su capacidad de transformar esa belleza en arte que resuena con todos los que lo contemplan.
Espero que disfruten de la exposición tanto como yo disfruto acompañándolos en este viaje por la vida y obra de mi querido abuelo. Esta exposición no es solo una muestra de arte, sino un viaje emocional y un testimonio de su dedicación y amor por la pintura y por nuestra tierra. Es un honor para mí compartir este tesoro familiar con todas y todos ustedes, y espero que sus obras les inspiren y emocionen tanto como a mí.
Saura S. Mesquida
Antropóloga Social y Cultural